GIJN en Español: Los periodistas están en el punto de mira en todo el mundo, con niveles sin precedentes de hostigamiento, vigilancia, amenazas legales y abuso físico, a causa de la insistencia de algunas personas poderosas por silenciar las historias que investiga la prensa. La impunidad es cercana al 90% y la mayoría de los asesinatos de periodistas quedan sin resolver. Pero los medios y sus aliados están decididos a resistirse: cada vez hay más investigaciones que buscan desenmascarar a los responsables de estos ataques y más periodistas organizados para mantener vivo el trabajo de aquellos compañeros silenciados.
En este foro virtual de la Red Global de Periodismo de Investigación reúne a periodistas en primera línea que han vivido en carne propia estos ataques a través de batallas legales, persecuciones a través del spyware Pegasus, o amenazas de muerte.
La periodista Marcela Turati fue perseguida por la entonces Procuraduría General de la República (PGR) —ahora Fiscalía General— de Enrique Peña Nieto, mientras indagaban en la matanza de 196 personas halladas en 48 fosas clandestinas en San Fernando, Tamaulipas. José Luis Sanz, del medio salvadoreño El Faro, tuvo su celular vigilado a través del software de espionaje Pegasus, de la empresa israelí NSO Group, que permite interceptar mensajes, llamadas y extraer toda la información almacenada en los teléfonos. Christopher Acosta fue sentenciado a dos años de prisión suspendida y al pago de una reparación civil de unos 100,000 dólares por supuesta difamación al político peruano César Acuña en su libro Plata como cancha (Random House, 2021).
Los tres conversan sobre los retos a los que se enfrenta el periodismo en la región, acompañados de Silvia Viñas, periodista y productora de El Hilo.