La violencia que se ejerce contra las mujeres, por el simple hecho de serlo, es un problema grave que se replica a nivel mundial.
En los últimos años, la violencia de género es más visible y poco a poco se consigue centrar la atención e incidir en las áreas gubernamentales gracias a la lucha de colectivos, grupos académicos, periodistas, entre otros sectores sociales.
Sin embargo, los esfuerzos no son suficientes para frenar los casos que se replican día con día y que, con base en el reporte de la Organización de Naciones Unidas, incluso se multiplicaron con la pandemia de Covid-19.
En este contexto, como periodistas tenemos la obligación de capacitarnos en la cobertura sobre violencia de género para garantizar el cumplimiento de los lineamientos legales en materia de derechos humanos, a la par de cumplir con la función social de nuestro oficio.
En la última década, son varios los recursos disponibles para consulta, como es el caso del “Manual de Género para Periodistas” que elaboró la Red de Desarrollo Social de América Latina y el Caribe en 2012, y cuyo objetivo es crear conciencia sobre cómo los periodistas pueden incorporar la perspectiva de género en sus coberturas periodísticas. María Teresa Hernández realizó una reseña sobre el Manual para el Centro de Formación de Periodismo Digital que puedes consultar aquí.
Y es que cuando se habla de violencia de género, también se hace referencia a la que se ejerce en la propia profesión y dentro de los medios de comunicación, tal y como se aborda en el libro digital “Mujeres Periodistas y Libertad de Expresión”, cuya reseña del periodista Antonio Salas también puedes leer en este sitio.
Ante esta necesidad de conocer más sobre la más adecuada cobertura del tema, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), a través de su Comisión de Diversidad, elaboró la «Guía de recomendaciones para la cobertura de casos de femicidios y violencia de género«.
Así, en sólo cuatro páginas se brindan 20 recomendaciones eficaces que ayudan a comprender la dimensión del problema, conocer la diferencia entre homicidio y feminicidio.
Asimismo, ayuda a mantener siempre en la mira lo importante que es no quedarse sólo con un frío parte policíaco, sino diversificar las fuentes y asegurarse de que éstas son de calidad; es decir, que aportan a la audiencia el suficiente contexto para una mejor comprensión de los hechos.
Se habla sobre cómo entrevistar a una víctima, qué hacer si ésta es menor de edad; también, sobre valorar el contexto en el que surge una historia, así como el de la víctima y su entorno personal. ¿Cuáles son las implicaciones legales de nuestras decisiones periodísticas?, ¿Cómo respetamos la presunción de inocencia?
De igual forma, se invita a evitar los estereotipos, los adjetivos, y todo contenido enfocado a justificar cualquier tipo de agresión; también, la utilidad sobre los datos estadísticos para dimensionar el problema.
Hay que tener presente que las historias periodísticas pueden contribuir a prevenir nuevos casos de violencia. Por ello, no hay que perder de vista esta función mientras se trabaja en la elaboración de los contenidos. Y precisamente sobre cómo presentarlos, cómo producirlos, es necesario cuestionarnos la forma en que lo presentamos a la audiencia ¿Es válido ilustrar un trabajo periodístico utilizando fotomontajes?, por ejemplo.
Finalmente, dicha guía también contiene un listado de fuentes útiles que fueron utilizadas para la elaboración de la guía por si requerimos mayor información.
La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) se define como una organización nacional sin fines de lucro fundada en 1962, y con un rol activo en la defensa y promoción de la libertad de prensa.
Por Miriam Estrada Dorantes
Periodista
@miriestra