Lectores y clientes potenciales son ahora dos entidades distintas, lo que significa que medios y anunciantes ya no se encuentran alineados: Ben Thompson.
Diego Salazar, periodista y editor de diferentes medios en Perú, América Latina y Estados Unidos, así como autor del blog “No hemos entendido nada”, nos entrega un texto en donde a través de diferentes reflexiones de periodistas y medios, así como de un análisis de diferentes noticias, describe los efectos de la revolución digital en los modos de producir y consumir noticias.
En la era digital “a la gente le gusta pensar en sus propias vidas como una historia” elaborada de elementos de su propio contexto y del entorno e imaginario de lo que sueña o anhela. Ese, señala, es un claro indicio de que el consumo informativo ha tenido grandes modificaciones dentro de las cuales, Facebook, Google y Twitter son mejores protagonistas que la prensa misma. Bajo este escenario, la lógica de los medios se ha modificado y en medio de las noticias falsas o de “las estrategias para convertir a los medios en anunciantes de sí mismos”, la calidad se puede llegar a convertir en una víctima.
Retoma algunas de las ideas de la periodista Delia Rodríguez para aseverar que en este contexto, “la realidad es que la relación medio-lector, está casi rota” y al mismo tiempo, menciona las ideas de la también periodista Arcadi Espada quien señala que esta relación, no está rota por la ausencia de credibilidad de los medios, ya que nunca antes había habido un periodismo de tanta calidad y rigor como el que se hace ahorita; lo que pasa, dice Espada, es que estamos enfrentando no un problema de oferta, sino de demanda, es decir, de shelf space. En ese sentido, coincide con las autoras en señalar que la crisis del periodismo no es la crisis de la calidad, sino la del negocio que antes, se había dejado en manos del marketing y que hoy tienen que comenzar a co-construir.
En su capítulo titulado “Mujeres y periodismo” el autor realiza un recuento de la cantidad de mujeres que históricamente han sido editoras o directoras de medios de comunicación tanto escritos como digitales para identificar de manera muy clara la “segregación ocupacional” que se ha vivido en estos espacios que poco a poco, han sido derrumbados en los medios digitales en donde cada vez más mujeres ocupan áreas de dirección o edición. Los datos se vuelven más claros en el capítulo que explica el concepto del Mansplaining en los medios de comunicación reflexionando en torno a lo que la visión y explicación de los “hombres” sobre los medios, ha influenciado en la forma de dirección y producción noticiosa, incluso en el espacio público. Con ello el autor es determinante al señalar que éste es, históricamente, un buen momento en el que el periodismo y todas las esferas de la sociedad, deben dejar de pensar que “sí, ok, está bien que las mujeres tengan una opinión, pero si un hombre dice lo mismo o parecido, es mejor que sea él quien reciba el espacio, la atención, el auditorio o la paga”.
A lo largo de su texto contrasta y hace visibles una serie de noticias falsas e imprecisas que le sirven para hablar de la banalización de algunos medios y las llamadas “historias que venden bien” y que sin ser necesariamente reales y verdaderas, se producen por diferentes empresas a nivel mundial. Casos en donde “la buena fe” se ha vuelto una contingencia para los medios y que implica, obligadamente, una ardua labor de verificación. Retoma el debate en torno a si los medios deben o no, publicar imágenes violentas analizando diferentes casos a nivel internacional.
Culmina la escritura del libro con un capítulo que pone a debate “lo que los medios han dejado que Facebook haga con las noticias” mencionando que esta red social no solo ha convertido toda la información que se comparte en “contenido”, también ha convertido a todos, personas a pie y medios incluidos, en “anunciantes”. Recomendamos la lectura de este libro editado por Debate Sociedad en julio de 2019 y que es de mucha utilidad para seguir reflexionando en torno a los retos del periodismo en la era digital.
Texto: Dra. Érika Loyo
Jefa del Centro de Formación en Periodismo Digital