Hostigamiento, amenazas, obstrucción a la labor, eliminación del material, acoso judicial, violencia de género, exilios y desplazamientos internos, entre otros, son algunas de las agresiones que ha registrado la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) en su último informe sobre el estado de la libertad de prensa en Colombia 2018 “Prensa Acorralada: un juego de violentos y poderosos”, luego de que ese año fuera el más violento contra la prensa de la región en la década.
Desde el 2006, cuando la FLIP inició el registro anual del asesinato de periodistas, detectó que 12 años después, las amenazas incrementaron 120 por ciento.
La creación durante el 2000 del Sistema de Protección a Periodistas fue la respuesta al número de casos de asesinatos contra periodistas que ocurrieron en esa época, sin embargo, aunque actualmente la violencia puede ser menos letal, tiene los elementos para generar intimidación, silencios y autocensura.
Además, se incrementó el acoso judicial contra reporteros, la FLIP detectó 40 casos donde, en los tribunales, se buscó el silencio de la prensa luego de ser agredida por funcionarios o personas ligadas al servicio público.
Ilustrado con trazos que simulan ser elementos gráficos de un videojuego, el informe cuenta con 59 páginas divididas en 11 capítulos que permiten al lector ir avanzando en la presentación de diversos tópicos sobre la situación del periodismo colombiano.
En el capítulo “La prensa en cifras” se encuentra una extensa numeralia de la situación por la que atraviesa la prensa colombiana, desglosando estos datos en tipos de agresión, principales agresores, número de amenazas y su ritmo creciente, la ubicación geográfica de la censura, las cifras del Programa de Protección, las investigaciones de la fiscalía.
Por otra parte, en “El asedio de la violencia” se presenta un puntual panorama de todos aquellos elementos que se vuelven enemigos para el ejercicio periodístico colombiano: el acoso de los grupos armados ilegales, el abandono del Estado, la ausencia de justicia y la proyección del futuro para el desempeño de la labor.
El siguiente capítulo “¿La risa murió? 20 años sin Jaime Garzón” se relata el contexto del asesinato de quien fuera abogado, pedagogo, humorista, activista, actor, locutor, periodista y mediador de paz colombiano, quien además ejercía la libertad de expresión provocando su muerte.
Además, el crimen contra Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, trabajadores del diario El Comercio ocurrido en la frontera entre Colombia y Ecuador merece la atención en el capítulo “Las vidas que nos quitaron en la frontera”.
Mientras que en “Ambiente legal” se desmenuza cómo desde los poderes judicial y legislativo se pusieron en entredicho las más elementales y básicas garantías para el ejercicio pleno del periodismo en Colombia: la independencia periodística, el derecho a la información y la reserva de la fuente.
Al echar un vistazo a “Justicia: un campo de pequeños pasos” se podrán conocer algunos casos de agresiones contra periodistas, pero sobre todo los avances que cada uno de ellos han aportado a la complicada situación en la región.
Quizá uno de los capítulos en el que mayor coincidencia existe con lo relatado, según lo ocurrido en otros países, es el de “Patrones de censura en la publicidad oficial” pues este factor agregaba elementos como la falta de transparencia, la arbitrariedad en la asignación de los contratos publicitarios, la falta de criterios para la asignación, la injerencia en los medios y la autopromoción.
“Sin nosotras no hay prensa libre” relata la labor de la Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género, en un país que, como en otros de América, la voz de la mujer es mucho menor en proporción que la del hombre, principalmente en los medios de comunicación. Once recomendaciones trazan una ruta crítica para que las mujeres participen en el periodismo.
Aunque en 2018 se tuvo el reporte de 477 casos de ataques a la prensa, 10 destacan por la gravedad de los hechos, pero, sobre todo, por el alcance sus implicaciones, estos son detallados en “10 golpes de censura y casos destacados”
El informe concluye con un breve desglose de la labor que la FLIP realiza a nivel regional e internacional, en los diferentes continentes, lo que además va aportando elementos para la defensa de los periodistas en las distintas regiones, todo esto se encuentra en Cosas que no sabías que hizo la FLIP en el 2015.
Antonio Salas
Periodistas Freelance
Twitter: @antoniosalas81