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Redes sociales, terreno minado para periodistas: RSFEl poco debatido tema de las agresiones a través de la web social hacia los profesionales de la información, es el fundamento de un nuevo ebook publicado por la organización no gubernamental Reporteros sin Fronteras (Reporters Sans Frontières, RSF), intitulado Acoso en línea a periodistas: cuando los trolls arremeten contra la prensa.

Este volumen de tan sólo 39 páginas es el resultado de una extensa investigación de casos documentados por RSF en 32 países incluidos en su red de corresponsalías, con el objetivo de visibilizar esta problemática, fomentar el debate e impulsar una serie de medidas emitidas a manera de recomendaciones.

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Las conclusiones de dicho estudio no pueden ser más desalentadoras: se trata de un fenómeno mundial y creciente, y sus principales víctimas son mujeres (esto es el ciberacoso, una forma de agresión sexista).

Esta situación es algo que la periodista juarense Gabriela Minjares ha vivido en carne propia. En 2015 y a raíz de su trabajo en El Diario de Juárez, Minjares fue víctima de una campaña de desprestigio en redes sociales por parte de seguidores de un candidato independiente a diputado federal.

Minjares había documentado que el aspirante a legislador organizó una fiesta con sexoservidoras y que había agredido a una de ellas. La difusión de esta nota originó la reacción de seguidores del candidato independiente quienes a su vez generaron una serie de fotomontajes con la imagen de la periodista acusandola de “vendida”, y los compartieron en varias cuentas de Facebook.

La agresión dirigida a su persona llevó a Minjares a exigir la intervención de la  Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) de la Procuraduría General de la República (PGR), pero a la fecha  (2018), no hay resultados.

¿De qué estamos hablando?

Primero: de ciberviolencia generada en los hilos de discusión de la web social, con los periodistas como víctimas colaterales.

Segundo: RSF define el acoso a través de las redes sociales como una nueva forma de censura, esto es una nueva amenaza en la era digital hacia los periodistas para acallar sus voces críticas.

Se trata –explica RSF– de un uso abusivo de la libertad de expresión (generalmente escudado en el anonimato) para obstaculizar la libertad de información, y no se trata de hechos aislados, sino de un fenómeno que se está extendiendo por el mundo en la forma de virulentas campañas que pueden llegar a generar consecuencias dramáticas.

El acoso es un fenómeno amplificado por la viralidad de la web, además de que en el ecosistema digital la frontera entre la vida privada y la vida profesional se torna cada vez más permeable. Todo ello origina  que las redes sociales –herramienta indispensable para el trabajo periodístico– se han convertido en un terreno minado para los propios periodistas.

La intervención de herramientas de Inteligencia Artificial, pero particularmente el uso de bots (programas informáticos que ejecutan determinada tarea), han complejizado el problema, aunado a la dificultad de conocer la identidad de los ciberacosadores (usualmente escudados en el anonimato); a que decodificar campañas de acoso requiere de estudiar decenas (o cientos) de cuentas y sus interacciones, y a las lagunas en la moderación por parte de la web social (Facebook, Twitter, etc.) que impiden cumplir las políticas de convivencia de los usuarios en sus plataformas.

¿Quienes acosan?

Hay desde simples haters (que actúan individualmente) hasta lo que se han denominado “ejércitos de trolls” que han intervenido como en el caso de los hackers rusos que difundieron mensajes a través de Facebook durante las elecciones que llevaron a Donald Trump al poder en Estados Unidos.

En relación a este último, RSF señala que cuando políticos como Trump multiplican sus ataques a periodistas (por notas que le disgustan y a las que califica de fake news), “sueltan la rienda a aquéllos que alimentan el odio contra los reporteros, tanto dentro como fuera de Internet”. Es el media bashing (ataques a los medios de comunicación), que alienta la incivilidad en línea.

¿Qué formas puede adoptar el acoso?

Citando al director de una redacción francesa, RSF señala que antes se atacaba sobre todo, pero hoy en día se agrede a los periodistas como personas, y que los ataques en línea pueden ser variados: entre otras, difusión de rumores, insultos (presstitutas fue acuñado en un tuit contra los periodistas de ProPublica), mensajes de odio, amenazas racistas o de muerte, chantajes y campañas de desprestigio profesional (las más comunes).

El análisis de RSF llevó a la organización a elaborar una tipología de los ataques en línea que aparece en el ebook a manera de glosario entre los cuales se incluye a los siguientes: double switch (esto es hackear y tomar control de cuentas del periodista para usurpar su identidad); doxxing (difundir información personal que está en la web, para perjudicar al periodista); hashtag poisoning (mensajes con incitación a dañar o insultar al periodista); phishing (envío de enlaces fraudulentos para acceder a las fuentes de los periodistas).

¿Quiénes están en riesgo?

Nadie está a salvo, pero los grupos más vulnerables son: mujeres periodistas, periodistas de investigación, periodistas que ejercen en lugares remotos y los periodistas freelance.

En el caso de las mujeres, el ciberacoso es una forma de agresión sexista ya que las amenazas son frecuentemente de violación.

Regionalmente, si bien algunas zonas rojas (Asia, Medio Oriente), inclusive los países que mejor colocados están en el ranking de la libertad de prensa 2018 (Suecia, Finlandia, Países Bajos, Francia), tienen la problemática del ciberacoso a periodistas en porcentajes altos.

 

¿Qué se puede hacer?

El reporte de RSF menciona algunas iniciativas: comunidades de trolls bienhechores que hagan frente a los ejércitos de trolls perniciosos, para crear una burbuja protectora en torno al periodista ciberacosado.

Empero, RSF optó por emitir una serie de recomendaciones dirigidas a los Estados, a las organizaciones internacionales, a las plataformas de la web social (Facebook, Twitter, etc.), a los medios de comunicación y a los propios anunciantes (para no financiar, mediante su publicidad, el acoso en línea).

En estas recomendaciones el llamado general es a la solidaridad con el gremio periodístico, a visibilizar esta problemática y a debatirla para llegar a mecanismos (nuevas leyes, sistemas de alertas tipo hotline ciberacoso, mejores prácticas como reglas de moderación más estrictas en foros) que permitan hacerle frente; trabajar en la prevención mediante la educación de los usuarios en general, y todos asumir un rol activo en la protección de la libertad de información y de sus profesionales.

 

Escribe
Bárbara Vázquez
Activa en el periodismo desde 1984
Administra el blog Muyjuarense.com | Frontera cultura
Twitter: @bvazquez4

Acerca del autor

El Centro de Formación en Periodismo Digital (CFPD) es una entidad académica del Sistema de Universidad Virtual (SUV), de la Universidad de Guadalajara (UDG), la segunda institución educativa de carácter público más importante de México.